En la actualidad, los proyectos arquitectónicos educativos se han convertido en un elemento clave para potenciar el aprendizaje y la experiencia educativa.
No se trata únicamente de diseñar edificios funcionales, sino de crear espacios que apoyen y amplifiquen los objetivos pedagógicos.
En un entorno donde la educación se encuentra en constante evolución, la arquitectura debe alinearse con las necesidades curriculares y los métodos de enseñanza para generar un impacto positivo en los usuarios. Así, los espacios educativos trascienden su función física y se transforman en herramientas activas dentro del proceso de aprendizaje