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En un mundo donde el desarrollo urbano ya ha dejado su huella, la sostenibilidad emerge como un camino de innovación y transformación para las ciudades. Metrópolis consolidadas y capitales históricas están redibujando sus perfiles urbanos, no solo a través de ambiciosos planes maestros sino mediante intervenciones concretas y efectivas que entrelazan la sostenibilidad en el tejido de lo ya construido. Desde los vibrantes corredores verdes de Medellín hasta autopistas futuristas que recargan vehículos eléctricos en Suecia, la reinvención urbana en clave verde conjuga crecimiento y cuidado ambiental.
El camino de la movilidad sostenible
En el ámbito de la movilidad sostenible, Suecia se destaca por la construcción de la primera autopista eléctrica permanente del mundo. Ante una demanda global de viajes urbanos que se espera duplique para mediados de siglo, y con una proyección de 2.1 millones de vehículos de pasajeros operativos para 2050, esta iniciativa es un paso crucial hacia la reducción de las emisiones de CO2, que podrían alcanzar los 4.6 mil millones de toneladas sin cambios significativos en la infraestructura actual. La autopista utilizará tecnología de "carga dinámica", permitiendo a los vehículos eléctricos recargar sin detenerse y operar con baterías más pequeñas, marcando un hito hacia la eliminación de emisiones de CO2 en el transporte. Tres innovadoras tecnologías de carga están siendo evaluadas para su implementación: un sistema de cable aéreo, un riel conductor instalado a lo largo del pavimento, y almohadillas de inducción electromagnética incrustadas en el asfalto. Estas opciones representan el vanguardismo en el ámbito de la recarga de vehículos eléctricos, ofreciendo soluciones adaptadas a las necesidades de una movilidad sostenible y eficiente. Se anticipa que este segmento pionero estará operativo para el año 2035, marcando el comienzo de una era de transición hacia una extensa red de autopistas eléctricas. Este proyecto se alinea con los objetivos medioambientales de la Unión Europea, que aspira a que, para esa fecha, todos los vehículos dentro de su jurisdicción sean de emisión cero, sentando así las bases para un transporte terrestre más limpio y sostenible.
Gestión inteligente del agua
La gestión eficiente del agua emerge como una prioridad indiscutible y vital para el futuro de las ciudades. Waternet se consolida como un hito en las iniciativas de smart city enfocadas en la conservación de este recurso natural. Su sistema pionero aprovecha el potencial del Internet de las Cosas (IoT) al integrar sensores avanzados en la infraestructura de tuberías existente, permitiendo un monitoreo preciso del flujo de agua. A través de esta tecnología, es posible gestionar de manera integral el ciclo del agua, desde su distribución hasta su reutilización, además de prevenir eficazmente inundaciones y bloqueos en el sistema. Las denominadas "tuberías inteligentes" emergen como una solución innovadora para garantizar una gestión del agua eficiente y sostenible, según lo reporta el portal PCT de la Universidad Autónoma de Sinaloa.
Por otro lado, Fluid Analytics se erige como otro ejemplo de cómo la inteligencia artificial y la robótica pueden ser aplicada para enfrentar los desafíos ambientales contemporáneos, como la contaminación del agua en zonas urbanas. Esta start-up distinguida como “top innovator” en el Foro Económico Mundial, ha desplegado una flota de robots subterráneos equipados con sensores de última generación para inspeccionar y mapear las redes de tuberías, recolectar datos críticos y muestras de agua que revelan la presencia de contaminantes. Utilizando análisis avanzados de IA, Fluid Analytics es capaz de identificar los puntos críticos donde las aguas residuales sin tratar son vertidas, permitiendo a las ciudades redirigirlas hacia plantas de tratamiento para su depuración y reutilización, evitando así su liberación al medio ambiente. Esta estrategia no solo mitiga el impacto ambiental negativo, sino que también previene la propagación de enfermedades vinculadas al agua. Desde su fundación, esta innovadora empresa india ha logrado controlar más de 1500 millones de litros de agua contaminada, contribuyendo significativamente a la mejora de la calidad del agua en entornos urbanos.
Innovación en enfriamiento pasivo
Las ciudades representan más del 70% de las emisiones globales de CO2 del mundo y son altamente vulnerables al impacto del cambio climático. Las soluciones basadas en la naturaleza pueden fortalecer la resiliencia de las ciudades, mientras ayudan a abordar la crisis climática y preparan mejor a las comunidades y sus economías.
Los corredores verdes de Medellín, ganadores del Premio Ashden 2019 en la categoría "Cooling by Nature", constituyen un destacado ejemplo de intervención urbana sostenible. Desde 2016, esta metrópolis colombiana, la segunda en magnitud del país, ha emprendido la creación de corredores verdes para enriquecer la calidad del aire y mitigar las temperaturas urbanas. Actualmente, la ciudad se ve surcada por más de 30 de estos corredores, los cuales han aportado 880,000 árboles nuevos y 2.5 millones de plantas menores, además de 5,000 m² de jardines verticales que adornan muros de concreto. Estos espacios verdes, que interconectan los parques de Medellín, agregan 65 hectáreas de áreas verdes al paisaje urbano. Las zonas con corredores verdes presentan temperaturas hasta 4.5 °C inferiores a las de sus áreas circundantes. Desde su implementación, la temperatura media de la ciudad ha descendido aproximadamente 2 °C, anticipándose un descenso adicional de hasta 4-5 °C en las próximas décadas. Según estudios de la UCL, la contaminación del aire y la incidencia de infecciones respiratorias en Medellín han disminuido significativamente, mientras que el uso de la bicicleta ha incrementado en un 35%. Los corredores verdes no solo ofrecen un hábitat propicio para la biodiversidad urbana, sino que se estima capturarán más de 2.3 millones de toneladas de CO2 en el próximo siglo.
Similarmente, Paris y Seúl han adoptado estrategias de enfriamiento pasivo, con la ciudad francesa planeando plantar 170.000 nuevos árboles para 2026 y Seúl habiendo experimentado una disminución de hasta 5.9°C en la temperatura urbana tras la recuperación del arroyo Cheonggyecheon.
En Sydney, la iniciativa de techos claros en el barrio de Walton promueve un enfoque enfocado en mitigar el calor urbano y enriquecer el entorno con espacios verdes. En esta zona de la capital australiana, se exige que los techos residenciales sean de color claro para maximizar la reflexión del calor. Adicionalmente, se estipula que cada nueva propiedad debe reservar espacio para la plantación de un árbol tanto en su patio delantero como trasero, contribuyendo así a la sombra y a la mejora de la calidad del aire.
Nuevas ideas en antiguos edificios
La reutilización adaptativa plantea a oportunidad de dar una nueva vida no solo a edificios en desuso, sino también a zonas urbanas subutilizadas o deterioradas. Esta práctica cataliza cambios positivos y fomenta la diversidad en ambientes urbanos, a la vez que ofrece una estrategia crucial para la revitalización de ciudades postindustriales. Al promover la densidad y mitigar la expansión urbana, la reutilización adaptativa ayuda a las ciudades en declive a redefinir su estructura urbana, combinando sostenibilidad con la preservación del patrimonio arquitectónico. La reducción de la duración media de la vida útil de los edificios en las naciones desarrolladas a solo 70 años plantea una preocupación ambiental significativa ante la obsolescencia programada. Frente a la perspectiva de que más de 2.5 mil millones de individuos residirán en zonas urbanas para el año 2050, en un contexto de cambio climático y consumo excesivo de recursos, es necesario que las urbes implementen tácticas eficientes para optimizar su infraestructura y parque inmobiliario existentes.
El rol de este programa en un desarrollo urbano sostenible se hace evidente en los distritos de innovación y hubs tecnológicos como los que han surgido en Barcelona. El Distrito de Innovación 22@ es un notable proyecto de regeneración urbana iniciado por la capital catalana a principios de los años 2000. Su objetivo principal era revitalizar el distrito de Poblenou, una zona industrial anterior, creando un centro de innovación que impulsó la actividad económica y el empleo. Más cerca, el proyecto de masterplan urbano de Distrito El Globo en Montevideo, Uruguay, propone la creación de un ecosistema de negocios e innovación en el Bajo de Ciudad Vieja. Este plan busca crear una sinergia urbana al integrar oficinas, un mercado y áreas de esparcimiento, incluyendo zonas semi-peatonales y azoteas activas, logrando una fusión armoniosa entre lo regional y lo cosmopolita
Ciudades policéntricas e hiperflexibes
Las ciudades policéntricas e hiperflexibles se erigen como pilares fundamentales del desarrollo urbano sostenible, gracias a su diseño estratégico que busca minimizar los desplazamientos, aprovechar de manera óptima la riqueza natural y cultural del entorno, y fomentar una diversidad de usos en cada uno de sus núcleos. Al adoptar un modelo policéntrico, estas ciudades disminuyen la necesidad de largos traslados para sus habitantes, distribuyendo de manera equitativa las zonas de empleo, vivienda, comercio y recreación en diversos centros urbanos. Este enfoque no solo reduce la congestión y la emisión de contaminantes, sino que también valoriza los recursos naturales y culturales locales, integrándolos dentro de la vida cotidiana de la comunidad.
Proyectos como Montemagna en Ecuador, promueven espacios urbanos adaptables a múltiples funciones, lo que permite que cada núcleo mantenga una actividad constante a lo largo del día. Esta característica hiperflexible facilita la creación de entornos urbanos dinámicos y resilientes, capaces de responder eficientemente a las necesidades cambiantes de sus residentes y al mismo tiempo, garantizar una gestión más sostenible de los recursos.
Montemagna representa una fusión entre arquitectura y naturaleza, integrando el paisaje, la cultura local y la geografía con la vida urbana. Su diseño adopta un sistema de multicentralidades jerarquizadas, promoviendo así una ciudad policéntrica.
La combinación de la policentricidad con la hiperflexibilidad y la mezcla de usos en cada núcleo, asegura una ciudad vibrante y activa en todo momento, favoreciendo la economía local y el bienestar social, mientras se preserva el medio ambiente. En resumen, estas ciudades no solo buscan un menor impacto ambiental, sino que también aspiran a ofrecer un entorno más saludable, justo y vivible, marcando el camino hacia un futuro urbano sostenible y equitativo.
En este contexto de redefinición del urbanismo, la intervención en lo ya construido emerge como un campo fértil para la acción directa y la innovación sostenible. Las ciudades, con su infraestructura preexistente, ofrecen innumerables oportunidades para incorporar prácticas ecológicas y tecnologías verdes que mejoren la calidad de vida urbana. No se trata solo de planificar nuevas ciudades o barrios desde una perspectiva sostenible, sino de mirar hacia las estructuras, edificaciones y espacios públicos existentes con una visión renovada. La adaptación de edificios antiguos con sistemas de energía renovable, la implementación de techos y paredes verdes en construcciones existentes y otros ejemplos innovadores, dan testimonio de un cambio paradigmático hacia el urbanismo sostenible, donde la tecnología, la planificación inteligente y el respeto por el medio ambiente se entrelazan para redibujar el perfil de las ciudades del futuro.