Quienes somos: Proyecto Ejecutivo.
Fecha de publicación: julio 2024.
El área de Proyecto Ejecutivo es esencial en el proceso de diseño arquitectónico. Durante esta etapa, se completan, perfeccionan y clarifican las ideas iniciales del proyecto, transformándolas en un plan detallado y coherente listo para su materialización. Su trabajo es crucial para convertir las ideas en realidades tangibles, resolviendo desafíos de diseño y optimizando el uso de materiales y tecnologías.
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El área de Proyecto Ejecutivo de Gómez Platero Arquitectura y Urbanismo actúa también como un enlace entre el área de Anteproyecto y la Dirección de Obra, oficiando de segundo eslabón en el proceso de producción arquitectónico. Su rol principal es generar la documentación técnica del proyecto, integrando diseño, tecnología, técnicas e ingenierías para elaborar una documentación completa que permita avanzar a la fase constructiva.
Materializando visiones.
La estructura original del equipo de Proyecto Ejecutivo tiene revisiones periódicas que reflejan el dinamismo de la tecnología y el mercado, lo cual obliga a adaptarse constantemente a nuevos desafíos y requerimientos. Actualmente, el área tiene cinco equipos liderados por cinco jefes de equipo; cada uno está compuesto por jefes de proyecto, arquitectos colaboradores y equipos de soporte diseñados para expandirse o reducirse según las necesidades del área. Los equipos de proyecto ejecutivo cuentan con especialidades específicas. Aunque se fomenta la participación de todos los miembros en diversas tareas para promover una formación integral, es fundamental aprovechar los conocimientos adquiridos en proyectos anteriores.
Esto permite que ciertos miembros se conviertan en especialistas en áreas determinadas, beneficiando tanto al estudio como al cliente y al proyecto en sí.
“Estas especialidades no solo son técnicas, sino también programáticas. Un proyecto de infraestructura urbana difiere significativamente de uno residencial, comercial o en una ubicación geográfica con normativas distintas. Aprovechamos estas especialidades dentro de nuestros equipos, lo que nos permite adaptarnos a las particularidades de cada tipo de proyecto” asegura Álvaro Sorrondegui, Director del área de Proyecto Ejecutivo.
La capacidad del Estudio para mantener equipos que conocen las necesidades específicas de los clientes ha permitido forjar vínculos sólidos y fidelizar clientes para múltiples proyectos.
“El proceso clásico es lineal: el equipo toma un anteproyecto, lo ajusta o completa, y luego elabora un proyecto básico que integra las ingenierías necesarias, alcanzando un nivel que permite compartirlo con el cliente y tomar decisiones importantes. Posteriormente, se continúa el desarrollo hasta obtener una documentación completa y coordinada, respetando los tiempos establecidos”, explica Sorrondegui.
Flexibilizar plazos sin comprometer la calidad.
Mientras que el objetivo principal en el área de Anteproyecto es sorprender al cliente con una propuesta que supere sus expectativas, en Proyecto Ejecutivo el desafío radica en “evitar sorpresas”, concretando un producto arquitectónico completo, coordinado y sin imprevistos dentro de los costos y plazos aprobados.
Para asegurar la calidad del producto final se requiere una cantidad determinada de tiempo y recursos humanos. En proyectos que manejan cronogramas más ajustados se desarrollan alternativas que permitan adelantar decisiones y combinar una etapa de construcción temprana con la finalización del proyecto ejecutivo.
Esta coordinación permite ganar tiempo en el proceso completo, evitando la necesidad de finalizar el proyecto ejecutivo antes de licitar la obra. El equipo de gerenciamiento trabaja junto a Proyecto Ejecutivo para liberar paquetes documentales parciales, permitiendo avances simultáneos en construcción y diseño. Otra estrategia es realizar una licitación temprana con un proyecto básico y una memoria, asegurando un presupuesto con una empresa constructora desde una etapa inicial. Esto permite seleccionar a la constructora que mantendrá el precio acordado mientras, trabajando en equipo, se desarrolla el proyecto ejecutivo, garantizando las calidades y características dentro del presupuesto establecido.
El Proyecto Ejecutivo como proceso vivo.
El Proyecto Ejecutivo es un proceso dinámico en el que los cambios son una constante. Estos cambios, más fáciles de manejar en etapas tempranas del proyecto, se vuelven más complejos conforme avanza el mismo o la obra. No obstante, los ajustes suelen responder a la evolución del mercado y las nuevas oportunidades detectadas durante el desarrollo del proyecto. “Los cambios son parte de nuestro trabajo. Nuestros clientes están analizando el mercado, reaccionando a él y pueden sentir la necesidad de incorporar cambios que reflejen esas tendencias. Una de las experiencias más satisfactorias es cuando en esa búsqueda vamos aún más allá de los requerimientos presentando soluciones innovadoras que nuevamente superen las expectativas del cliente.”, afirma Sorrondegui.
La capacidad de adaptarse a las necesidades del cliente y reaccionar ante cambios de mercado es una característica distintiva del servicio del Estudio. Este enfoque garantiza que los cambios no sean vistos como inconvenientes, sino como oportunidades para mejorar y enriquecer el proyecto final. “El mejor feedback que tenemos es la satisfacción de nuestros clientes que, en base a experiencias previas y al producto final entregado, nos eligen sistemáticamente para sus siguientes proyectos”, concluye Sorrondegui.