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Programa:
Terminales
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Estado:
Construido
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Superficie:
740 m²
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Cliente:
Aeropuertos Uruguay
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El Aeropuerto Internacional de Melo, ubicado sobre el Camino Sirio Rodríguez, en el Paraje Conventos de Cerro Largo, Uruguay, se presenta como un hito de modernización y optimización dentro del panorama de la infraestructura aeroportuaria del país.
El proyecto se enmarca en un programa de modernización de las terminales aéreas portuarias del interior, que impulsa Aeropuertos del Uruguay con el objetivo de potenciar la conectividad a nivel nacional y ofrecer una mejor experiencia de usuario a los viajeros.
Partiendo de la premisa de revitalizar una terminal aérea preexistente, construida en el siglo pasado, se buscó maximizar el uso del espacio interior mediante ajustes puntuales que aseguran la funcionalidad y el dinamismo que requiere un nodo aeroportuario moderno. Una de las principales prioridades fue la adaptación del edificio a las nuevas demandas de habitabilidad, flexibilidad y funcionalidad, características esenciales de las terminales aéreas contemporáneas.
A lo largo del proceso de diseño, se trabajó en la creación de nuevos espacios y en la reorganización de los existentes, de forma que el aeropuerto no solo cumpla con su rol operativo, sino que también proporcione una experiencia eficiente y confortable tanto para pasajeros como para el personal, garantizando una experiencia fluida para los usuarios y una integración armónica con los sistemas logísticos y tecnológicos actuales.
La propuesta se desarrolla en dos grandes bloques: por un lado, el área de Cuartel y Garaje de Bomberos; y por el otro, la Terminal de Pasajeros. El primer edificio tiene la voluntad de ser residencia para los operarios del cuartel e incluye dormitorios, áreas de servicio, salón de estar, comedor, gimnasio y oficinas. El acceso al garaje se conecta a través de un espacio exterior techado, definiendo una circulación clara y protegida. Este espacio cuenta con un taller, depósitos y un área destinada al almacenamiento del camión cisterna que asegura las condiciones operativas necesarias para el servicio de emergencias.
La reconfiguración de la Terminal de Pasajeros se organiza en tres volúmenes diferenciados, cada uno de los cuales responde a funciones específicas del aeropuerto. El volumen principal tiene una doble altura y reformula el uso del espacio interior a través de tabiquería liviana y planos vidriados que definen nuevas circulaciones de acceso y salida hacia y desde la terminal. La planta baja alberga espacios de servicios, técnicos y oficinas, mientras que el entrepiso y la terraza exterior se acondicionaron para su uso, proporcionando mayor capacidad y flexibilidad.
El volumen secundario, de menor altura, está destinado principalmente a oficinas técnicas y áreas de control de acceso vehicular para permitir el ingreso de vehículos hacia la plataforma. Entre estos dos volúmenes se encuentra un área de servicios higiénicos, que conecta un espacio con otro y delimita los usos públicos de los privados.
El acceso a la terminal aeroportuaria se ubica frente a la Terminal de Pasajeros. Este diseño asegura una fluida circulación vehicular peatonal, facilitando el acceso tanto a la terminal como a otras instalaciones del aeropuerto.
La fachada del volumen se materializa como un diálogo entre las geometrías existentes y las nuevas intervenciones, mediante la integración de elementos de la arquitectura contemporánea y materiales tradicionales. Se utilizaron planos de pintura oscura y frentes de placas de aluminio blanco, creando contrastes que aportan dinamismo a la composición. La incorporación de chapa acanalada en tonos oscuros y celosías de aluminio responde a la necesidad de integrar de manera estética los sectores de servicio, mientras que los puntos de énfasis en madera natural, en formato de tablas, otorgan una sensación de calidez que se contrapone con los materiales metálicos.
Además de responder a un criterio estético, el diseño de fachada permite optimizar el rendimiento energético del edificio, contribuyendo a una mayor eficiencia térmica potenciada con la implementación de un sistema de iluminación LED que reduce significativamente la carga eléctrica operativa. A su vez, el diseño incorpora una planta de tratamiento de aguas servidas mediante un humedal artificial que cumple con su función ecológica de remover materia orgánica y nitrógeno, mientras que enriquece el paisaje rural circundante.
Dentro de los cuidados considerados en el desarrollo del proyecto fue ofrecer las mayores condiciones de accesibilidad que el edificio original permitía, asegurando una circulación continua en planta baja para todos los usuarios. La entrada y salida de la terminal cuentan con rampas que superan las diferencias de altura, lo que permite un tránsito cómodo y accesible en ese nivel.
A través de la puesta en valor de un edificio existente y su intervención con criterios contemporáneos, el Aeropuerto Internacional de Melo resulta un eslabón clave de la infraestructura aeroportuaria de Uruguay, promoviendo el desarrollo socioeconómico del departamento y reforzando la conectividad del país.