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Programa:
Masterplan Urbano
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Estado:
En construcción
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Superficie:
63.847 m²
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Liv District Carrasco, se define como un masterplan urbano y residencial ubicado en la costa oeste del Arroyo Carrasco y la calle Acosta y Lara, sobre el límite entre Montevideo y Canelones, Uruguay.
El proyecto contempla la construcción de nuevas infraestructuras, espacios públicos, paisajismos y edificaciones de usos mixtos que refuerzan la oferta de servicios de la zona. En respuesta a su emplazamiento en un área con características singulares y sin una normativa municipal específica preexistente, la Intendencia Municipal de Montevideo, en colaboración con DDC Desarrollos, ha formulado un marco normativo ad hoc que permite la elaboración de una propuesta arquitectónica de alta calidad, destinada a agregar valor significativo al entorno.
Este desarrollo se beneficia de un acceso destacado a través de un paso elevado que conecta estratégicamente la Av. Italia y la Av. de las Américas, facilitando la movilidad y la conectividad urbana.
Para contribuir a la creación de un paisaje calificado y armónico sobre el arroyo Carrasco, se propone una serie de bloques de edificios multifamiliares bajos y un edificio central de uso predominante corporativo, que respetan la horizontalidad natural del paisaje y la escala de las edificaciones aledañas.
El masterplan consiste en un conjunto arquitectónico de 11 edificios que componen una propuesta mixta residencial y corporativa. Este proyecto se integra en un parque lineal planificado, dispuesto a lo largo de la costa del arroyo Carrasco, promoviendo la inclusión de espacios públicos. Una gran plaza central, dominada por una pieza de arte estratégicamente ubicada, articula el diseño vial y paisajístico, sirviendo a la vez como entrada principal al distrito. Esta pieza de alhajamiento urbano es una parte integral del proyecto, conectando los espacios verdes con el entorno natural circundante. El diseño de este espacio público de calidad no solo enriquece la experiencia diaria de los residentes y usuarios, sino que también fomenta la interacción social, promoviendo la salud y el bienestar de la comunidad.
La primera etapa del desarrollo contempla tres edificios residenciales a desarrollarse sobre el extremo norte de la nueva urbanización. Cada uno de ellos cuenta con cinco niveles más el gálibo, sumando un total de 30 unidades por bloque: 7 de 1 dormitorio, 17 de 2 dormitorios y 6 de 3 dormitorios, totalizando 90 unidades en el conjunto edilicio.
Estos edificios se distribuyen en unidades de 1, 2 y 3 dormitorios con tipologías que ofrece una combinación comercial inmobiliaria con alta flexibilidad y personalización, dirigida a un segmento joven y dinámico. Con el fin de aprovechar la altura máxima permitida por la normativa, el último nivel de cada torre incluye dos pent-house que potencian el disfrute de las cualidades paisajísticas del espacio hacia todos sus frentes. Las unidades de 2 dormitorios adoptan un diseño "butterfly", optimizando vistas y funcionalidad.
Las amenidades del proyecto incluyen dos piscinas con áreas de barbacoas accesibles desde cualquiera de los bloques residenciales, además de un gimnasio y un espacio de coworking. El volumen central proporciona acceso a ambos sectores de esparcimiento, mientras que los otros dos edificios, ubicados en los laterales de la manzana, se conectan a estas áreas a través de un paseo peatonal que recorre plazas, áreas de descanso y espacios públicos. Estos espacios, diseñados bajo el concepto de "walkability", cuentan con un diseño paisajístico meticuloso e incorporan piezas escultóricas que activan un programa de arte contemporáneo, fomentando la interacción comunitaria.
Se prevé la construcción de estacionamientos en subsuelo bajo la huella de todos los edificios, con una capacidad total de 143 automóviles. Los accesos a estacionamientos subterráneos están distribuidos en distintos puntos de la calle interior. Además, se incluyeron casetas de seguridad, guarda bicicletas y lavanderías, alineándose con un estilo de vida contemporáneo y dinámico.
En relación con las particularidades estéticas del proyecto, se buscó generar una imagen disruptiva y armónica con el espacio en el cual se inscribe. La distribución de los espacios se realizó a través de cajas de orden aleatorio que generan terrazas apiladas de nivel a nivel. La elección de los materiales como madera, hormigón, vidrio y la incorporación de vegetación en las fachadas refuerzan la intención del proyecto y aportan a la identidad integral de la urbanización, en conjunto con el paisaje. Aunque las unidades base se mantienen en todos los edificios, la variabilidad en las plantas y terrazas aporta una notable originalidad, generando un ritmo distintivo en el proyecto y creando un perfil arquitectónico dinámico e innovador.
Las zonas de estar se ubican en las esquinas para maximizar las vistas, y las cocinas integradas acompañan las zonas de estar, potenciando la funcionalidad. El núcleo de circulación fue planificado para minimizar el ruido y la interacción con la experiencia de habitabilidad de las unidades. Este enfoque garantiza un entorno residencial de alta calidad, con un diseño que responde tanto a las necesidades funcionales como estéticas de los residentes.