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Programa:
Urbanización
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Estado:
En construcción
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Superficie:
1009 ha
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El masterplan para la comunidad planeada de Montemagna es de naturaleza híbrida. Paisaje y geografía se fusionan y conviven con la ciudad. La propuesta busca, mediante la hipermixtura de programas, sostener comunidades activas y evitar la creación de polígonos específicos.
Este proyecto se desarrolla en un predio de 1009 ha, ubicado entre las ciudades de Manta, Jaramijó y Montecristi. Un sitio de grandes cualidades paisajísticas, con valles, escorrentías y puntos de mayor altura como el Cerro Montecristi. Sus valores naturales, sumados a la cultura e identidad local conforman un ambiente único.
El masterplan es de naturaleza híbrida. Artificio y naturaleza se combinan y realzan. Paisaje y geografía, se fusionan y conviven con la ciudad.
Hiperflexible e indeterminado, el proyecto reacciona al territorio develando un sistema de multi centralidades jerarquizadas. Una ciudad policéntrica de valores complementarios, de escala manejable, donde el protagonista es el peatón.
Se proyecta un sistema de parques de diferente naturaleza y escala, con actividades programáticas mixtas. Se busca, mediante la hipermixtura de usos, sostener comunidades activas y evitar la creación de polígonos específicos.
La infraestructura de la Comunidad Planeada se subordina a la geografía y convive con otras singularidades ya instaladas en territorios aledaños. La propuesta no reacciona ante la naturaleza de manera homogénea, sino que identifica singularidades geográficas y organiza el tejido a partir de ellas. Los sectores de mayor valor paisajístico se reconocen y se intensifican. De esta manera la presencia del verde se infiltra en la experiencia urbana.
Diferentes acciones en el trazado de la trama conforman dilataciones y centralidades que definen intensidades variadas y permiten una activación jerarquizada. Estas se relacionan en todas sus escalas con el espacio publico relevante, materia prima que valoriza el espacio privado.
Se diseñan áreas con mayores densidades y se reservan espacios donde el paisaje natural es protagonista. La ciudad resultante escala los puntos de acción para concentrar energía y recursos en territorios más acotados, de fuerte identidad.
El proyecto reserva una capacidad adaptativa y habilita el desarrollo en fases que se adecuan a demandas futuras. Esta flexibilidad permite incorporar diferentes criterios de diseño a lo largo de las etapas de desarrollo de la ciudad.