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Programa:
Educativo
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Estado:
En construcción
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Superficie:
1 830 m²
El proyecto para el Colegio Moorlands se sitúa en un área de rápida expansión de la ciudad de Canelones, Uruguay. El conjunto, cuya construcción está prevista en etapas, se desarrolla en un entorno de gran valor natural, lo que convierte a la topografía y al paisaje en una parte importante del proyecto.
El Colegio Moorlands, una institución privada cuya sede principal se encuentra en Buenos Aires, Argentina, se desarrolla en un área de rápido crecimiento del departamento de Canelones, el barrio de Los Olivos, al noreste de Montevideo. La necesidad de etapabilizar la intervención, así como la fuerte presencia de un entorno de alta naturalidad, son los elementos que proporcionan los primeros lineamientos para el proyecto.
La intervención se enmarca en la tendencia, en el ámbito educativo, de generar espacios innovadores o Innovative Learning Environments. Bajo esta premisa, se considera que las habilidades «blandas» (como el trabajo en equipo o el pensamiento creativo) tienen tanto valor como las «duras», aquellas adquiridas mediante la capacitación más formal. Por ello, la propuesta debía considerar la creación de ambientes capaces de evolucionar y adaptarse a los cambios en las prácticas educativas y las expectativas de los usuarios con el correr del tiempo.
La previsión de salas cuyo carácter no está determinado de antemano, salas polivalentes capaces de cambiar su configuración y espacios intermedios «apropiables» por parte de los usuarios, son algunas de las estrategias que utiliza este abordaje para generar una arquitectura capaz de promover una transformación en la educación.
El proyecto evolucionó hasta convertirse en un volumen que dialoga alternativamente con el paisaje circundante y con un gran patio central. Este edificio se prevé como un primer módulo destinado al sector de educación inicial y tres salas de primaria, para posteriormente ser complementado por un segundo y un tercer módulo, exclusivos para educación primaria y secundaria.
Una plaza de acceso común constituye el punto de ordenamiento desde donde se derivan las tres opciones de niveles educativos. En el corazón del cuerpo del edificio en esta primera etapa, se encuentra un patio abierto para la realización de actividades de juego al aire libre. Asimismo, se prevé la existencia de otras dos áreas de expansión exterior, ubicadas en el perímetro y preparadas para su uso mediante taludes naturales. El proyecto se acompaña con la definición de un proyecto de paisajismo que determina las especies vegetales que acondicionarán los diversos espacios.
En un sector del edificio que se dispone a lo largo de la fachada oeste se ubica el salón Flow, un espacio de grandes dimensiones y mayor altura, de gran flexibilidad y adaptable a diferentes conformaciones. Siguiendo los lineamientos de los ILE, mediante la configuración de su mobiliario o de elementos capaces de generar subdivisiones interiores, este espacio podrá adaptarse según las actividades que se lleven a cabo en su interior.
En esta etapa, se prevé asimismo un sector multideporte que forma parte integral de la propuesta académica de la institución.
La decisión de la tecnología a utilizar (cimentación con platea de hormigón armado, madera CLT, Cross-Laminated Timber, y pilares exteriores metálicos), junto con una revisión de la propuesta pedagógica, fueron los factores determinantes en la versión definitiva de la geometría y resolución de la propuesta.
Con respecto al acondicionamiento interior, una serie de intercambiadores de calor a nivel de la cubierta proporciona convección natural para los espacios interiores. A su vez, estas «chimeneas» actúan como lucernarios, aportando iluminación natural a las diversas aulas. Esta estrategia energética se complementa con la resolución a nivel de imagen del edificio. El volumen presenta una piel de chapa microperforada con líneas curvas que se eleva del suelo, superponiéndose a la carpintería de madera y aluminio. Este elemento resume varias de las cualidades del proyecto —fluidez, flexibilidad, naturalidad—, proyectando también hacia el exterior el carácter lúdico de sus vibrantes colores, que reflejan tanto la paleta, como el espíritu, de la institución.