Sayulita | México

La topografía del terreno, tropical y robusta, define las bases de este proyecto que potencia el vínculo con la naturaleza y se integra a la geografía del entorno. Se conforma una pieza única en la cual se genera una mixtura entre naturaleza y artificio.  

Las intervenciones se concentran en dos sectores: el de la plaza pública y el del club de playa. La plaza pública se ubica sobre el acceso al predio desde la ruta y, el club, hacia el lado de la costa sobre la playa Malpaso.   

La plaza se organiza en torno a una gran pasarela circular elevada, que el usuario puede recorrer. Este gesto, que se extiende mediante una pérgola, además de dar sombra define una fuerte centralidad alrededor de la que se organizan locales comerciales, un jardín botánico, un invernadero y un hotel. 

El espacio público que se encuentra debajo de este anillo pasarela se desdobla en distintos niveles, que se destinan a diferentes actividades. En el espacio central se expresa la naturaleza del lugar a través de una serie de lagos y espacios enjardinados que potencian el vínculo con el entorno. 

Sobre la costa se encuentra el club de playa que incluye un club social, un restaurante, un bar, sauna, spa, piscinas y un temazcal, espacio donde se lleva a cabo el ritual ancestral mexicano con el mismo nombre. El diseño del club aprovecha la topografía escalonada del terreno para conformar sectores cubiertos a los que otorga distintos usos.  

El spa y el temazcal son los sectores de mayor introspección del club de playa. Se ubican estratégicamente en los niveles más elevados para aislarlos del bullicio de los niveles inferiores, que aumenta cuanto mayor es la cercanía a la playa. 

El proyecto, al que se accede por intermedio de senderos inmersos en la vegetación, invita a realizar un descenso a través de la naturaleza. A medida que el usuario baja van apareciendo salones de eventos, restaurantes, piscinas insertas en el paisaje y, por último, la zona de playa.